Aprender a pelear en pareja, aprender a pelear con nuestros hermanes, aprender a pelear con nuestra madre, padre, amigues, etc...
Hoy en día, millones de personas utilizan palabras y términos como inteligencia emocional, asertividad, mediación de conflictos.
Pero, ¿por qué es importante aprender a pelear o hablar sobre esto?, ¿por qué tomarnos el tiempo de escribir o leer sobre estas ideas?
Francamente, creo que es un "salvavidas relacional". Cuando aprendemos a pelear y a entendernos en conflicto ganamos conexión, seguridad, tiempo, entereza, paciencia, estrategias y cuidados.
Muchas personas creen que pelear es algo innato, que no es necesario educarse en este arte marcial, que simplemente es una parte básica de nuestro repertorio de reflejos como animales que somos.
Aquí escribo algunas de las ideas míticas que más escucho en mi día a día sobre el acto de pelear. Quizá encuentres de utilidad leerlas, quizá alguna te parezca acertada o quizá nunca te hayas parado a pensar que algunas de estas pueden no ser tan buenas ideas.
Mi objetivo es que al leerlas pares a reflexionar sobre tu posición respecto a cada idea ¿te parece útil, buena, malo o algo más?, ¿se ajusta a tu estilo de confrontar?
- "Cuando peleo digo todo lo que pienso, aprovecho para desahogarme de todo lo que me ha molestado en nuestra relación".
- "No puedo irme a dormir enojado con mi pareja, ¡debemos zanjar este asunto!"
- "Defiendo mi causa a toda costa, y si tengo que decir cosas desagradables está bien porque mi causa es justa".
- Ya que empezamos... mejor seguir hasta el final".
- "Puedo decir palabras hirientes... se entiende que estábamos peleando!"
- "¿Cómo me voy a quedar callade si me está atacando?"
- "Es ahora o nunca!".
Con esto no quiero decir que ser abiertos y conectar con nuestras necesidades y expresarlas no sea buena idea, lo que digo es que para hacerlo hace falta pararse sobre piedras más seguras y esto muchas veces pasa por frenarse y postergar hasta encontrar espacios seguros donde confrontar.
“Les gens savent ce qu'ils font: souvent ils savent pourquoi ils font ce qu'ils font; mais ce qu'ils ignorent, c'est l'effet produit par ce qu'ils font." Michel Foucault.